Estos tiempos calientes, confusos, los profetas del odio pululan por los diarios. Y nosotros, en medio del tumulto, apretando los dientes, cuidando la esperanza. frágil, pequeñita, pero nuestra,
Tan nuestra como la Patria, libre y soberana. Cuando suenen las doce y lleguen los abrazos, Guardemos uno para abrazar los sueños, y ahí nos encontramos
Con el amor de siempre
Rubén Amaya
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